PODIUM. Revista de Ciencia y Tecnología en la Cultura Física, mayo-agosto 2021; 16(2):677-680

 

 

 

Una breve historia sobre el Estadio Capitán San Luis

 

A brief history of Capitan San Luis Stadium

 

Uma breve história sobre o Estádio Capitán San Luis

 

Kety Roque Cala1* https://orcid.org/0000-0003-3190-1066

Haydee Elena Martínez Bencomo1 https://orcid.org/0000-0002-7369-9508

Moraima Pérez Barrera1 https://orcid.org/0000-0002-5774-2123

 

1Universidad Pinar del Río Hermanos Saíz Montes de Oca. Pinar del Río, Cuba.

 

*Autor para la correspondencia: kety.roque@upr.edu.cu


La tradición beisbolera en Cuba es centenaria. Se remonta a los juegos batos de los indígenas, y con el propio proceso de la formación y desarrollo de la cultura cubana, se instaura el béisbol como el deporte nacional, que, desde entonces, mueve pasiones entre los cubanos.

Antes del 1959 ya existían estadios de béisbol en Cuba, entre los más nombrados se encuentran: El Palmar de Junco que data de 1874 en Matanzas, el gran estadio del Cerro, 1946, hoy el emblemático Estadio Latinoamericano. En el año 1949, se inicia la construcción del hoy Mártires de Barbados, en 1957, es inaugurado el Estadio municipal de la Isla de Pinos, que después de muchos reacomodos se convierte en el Cristóbal Labra (Martinez, 2013).

La ciudad de Pinar del Río tuvo también sus estadios; el Atenas Park, en la década de 1930-1940, situado en la calle Sol y el Borrego Park, en las afueras de la ciudad que se mantiene hasta nuestros días, pero esta instalación no reúne los requisitos elementales para efectuar juegos de las Series Nacionales, por lo que a partir de la temporada 1967-1968, que la provincia tuvo dos equipos: Pinar del Río y Vegueros, jugaron en los terrenos del Ateneo Deportivo, la actual Escuela Superior de Perfeccionamiento Atlético "Ormani Arenado" y funcionaron también como estadios sedes, el "Julito Díaz" de Artemisa y CVD de Bauta (Muñoz, 2016).

Después del triunfo de la Revolución, una de las primeras ideas fomentadas por el gobierno revolucionario, fue la de la masividad del deporte como derecho de todo el pueblo. Así mismo, fue objetivo de que el deporte nacional, el béisbol, tuviera equipos representativos en todas las provincias del país, y que, a la vez, estos tuvieran su sede principal en las cabeceras provinciales. De esta manera, comienzan desde los primeros años de la Revolución, la construcción de muchos estadios en varias zonas del país y, dentro de ella, en Pinar del Río.

El Estadio de Pinar del Río se construyó entre los años de 1961 a 1969, en las tierras que habían sido entregadas por la Ley de Reforma Agraria a los hermanos Pacheco Martínez; este forma parte de un complejo deportivo proyectado por la dirección del Partido en la provincia, dirigido entonces, por el Comandante de la Revolución Julio Camacho Aguilera, que incluía, además, la construcción de una escuela de deporte, una sala de polideportes, una pista de motos y canchas para tenis de campo, entre otros (Muñoz, 2016).

Esta instalación tiene las siguientes dimensiones: jardín derecho 325 pies, jardín central 400 pies, jardín izquierdo 325 pies y tiene una capacidad de 9534 espectadores, gradas 8101 y palcos 1433. Cuenta, además, con los aún conservados dormitorios, un gran parqueo, cafetería, comedor, pizarra electrónica, cabina de trasmisión y un salón de protocolo que ahora exhibe la galería de los grandes campeones del béisbol en la Provincia, con fotografías y el trofeo alcanzado por el elenco en la Serie de Oro (50 SN). En el mismo, radica la Academia de béisbol, el Centro de Informática del Deporte y otras dependencias de la Dirección Provincial de Deportes en Pinar del Río (BeisbolEnCuba.com, 2009).

Para seleccionar el nombre del estadio se manejaron algunos nombres, pero se impuso el del mejor hombre de la guerrilla del Che, Eliseo Reyes Rodríguez, el Capitán San Luis quien cayera peleando en Bolivia el 25 de abril de 1967 y que trabajó durante cinco años en la provincia de Pinar del Río como delegado del Ministerio del Interior. Era un gran amante de la pelota y la practicaba en sus ratos libres ya fuera de día o de noche (Muñoz, 2016).

Tal como se asienta en la memoria descriptiva de la instalación, las tres palmas sembradas en una de las entradas de esta instalación en forma de triángulo con el vértice hacia arriba simbolizan los grados de Capitán que ostentaba Eliseo y los cinco framboyanes situados detrás de las palmas simbolizan los cinco años que trabajó en el Ministerio del Interior en la provincia (BeisbolEnCuba.com, 2009).

La inauguración del estadio quedó para la historia, el 19 de enero de 1969, cuando ya la Serie Nacional de beisbol iba por su 9na. edición; se realizó una ceremonia donde acudieron muchos miles de pinareños y dirigentes encargados de la obra, a esta ceremonia le sucedió un juego de béisbol entre los equipos de Pinar del Río y La Habana, donde desafortunadamente este último derrotó a los anfitriones 6 carreras a 0 con victoria del pitcher Heliodoro Sarduy y revés de Gerardo Hernández (Muñoz, 2016).

Se convirtió en la sede de los equipos provinciales Vegueros y Forestales en las décadas de los 60, 70, 80 y 90 del siglo XX. También es la casa permanente del conjunto Pinar del Río y lo fue de Occidentales en las Series Selectivas, además del Occidentales de la Súperliga cubana. En 1988, se realizó el IV Torneo Internacional José A. Huelga y en 1995 se celebró la XII Copa Intercontinental, así mismo, sus instalaciones acogieron varios topes contra equipos profesionales mexicanos (Muñoz, 2016).

La historia del béisbol pinareño indiscutiblemente está ligado a su estadio, repleto siempre de su fiel afición provincial, que mucha de ella desafía largas distancias para disfrutar en vivo de ese jolgorio que es un buen juego de pelota. Antes y ahora se escucha la perenne trompeta de Filingo que anima a los nuestros a la victoria. Los gritos de la afición ante una buena jugada han estremecido una y otra vez a la ciudad.

Y es que el pueblo pinareño vive con especial orgullo los grandes momentos de los juegos de pelota que han llevado a nuestros equipos en diversos momentos, a ganar disímiles series nacionales. Recuerda con amor los peloteros que lo dieron todo en el terreno durante los playoffs de muchas temporadas donde Pinar, a veces con otro nombre de equipo, ha participado y el Capitán San Luis, como gran padre, ha abrazado en su regazo a su pueblo y sus atletas en esas muchas alegrías.

El Capitán San Luis, como la casa del béisbol pinareño, ha sido testigo del desarrollo del este deporte en la provincia, que rebasa nuestro marco para insertarse en la historia del béisbol cubano. En su terreno, se han desarrollado muchos compañeros que han conformado los equipos técnicos que han dirigido nuestros equipos como: Pando, José Miguel Pineda, Jorge Fuentes, Juan Charles Díaz, Primitivo González, entre muchos (Muñoz, 2016).

De la misma manera, ha abrazado a sus cientos de jugadores que han conformados en las diferentes etapas, los equipos de nuestra provincia, orgullos todos de los que nacimos en la tierra del mejor tabaco del mundo y que por citar a algunos recordamos a: Luis Giraldo Casanova, Alfonso Urquiola, Rogelio García, Omar Linares, José A. Contreras, Juan Castro, Pedro L. Lazo, Faustino Corrales y Omar Ajete, Yosvani Peraza, Vladimir Baños, Duarte, Reinier Capote, o Yosvani Torres, Erlis Casanova o Juan Carlos Arencibia que lo han dado todo por poner muy en alto el nombre de Pinar del Rio (Muñoz, 2016).

Esta instalación también ha sido sede de topes internacionales contra elencos profesionales como aquellos contra los Prince Hotel de Japón y Diablos Rojos de México, así como, ha hospedado cuatro veces partidos amistosos con equipos de veteranos de Estados Unidos (Muñoz, 2016).

Hoy la pandemia Covid 19 lo ha obligado a un relativo reposo, solo algunos partidos sin la presencia de su público, pero como se sabe importante, acondiciona sistemáticamente su terreno, es celoso en su preservación y continúa trabajando para cuando este virus sea completamente vencido. Sus miles de aficionados abarroten las puertas para disfrutar de los magníficos espectáculos, tal vez ya, con la moderna pantalla digital instalada, un anhelo de la afición que posibilitará exponer datos de los equipos, las estadísticas de los jugadores y noticias. Este reencuentro permitirá a esos espectadores un mejor disfrute porque El Capitán San Luis es historia y orgullo pinareño (Corbillón, 2020).

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

BeisbolEnCuba.com. (2009). Estadio Capitán San Luis. BeisbolEnCuba.com. https://www.beisbolencuba.com/estadios/capitan-san-luis.html

BeisbolEnCuba.com, (2009). Estadios de Béisbol en Cuba. BeisbolEnCuba.com. https://www.beisbolencuba.com/estadios

Corbillón, E. (2020, 24 agosto). Estadio Capitán San Luís, testigo de obras para montaje de pantalla digital. Agencia cubana de noticias. http://www.acn.cu/especiales-acn/69131-estadio -capitan-san-luis-testigo-de-obras-para-montaje-de-pantalla-digital

Martinez, M. (2013, 05 de agosto). La grandeza del béisbol cubano antes de 1961. El nuevo Herald. https://www.elnuevoherald.com/deportes/beisbol/article2024839.html

Muñoz, A. (2016). Estadio Capitán San Luis, una insignia de Pinar del Río (Cuba). Monografía. https://www.monografias.com/trabajos107/estadio-capitan-san-luis-una-insignia-pinar-del -rio/estadio-capitan-san-luis-una-insignia-pinar-del-rio.shtml

 

Conflicto de intereses:
Los autores declaran no tener conflictos de intereses.

 

Contribución de los autores:
Kety Roque Cala: Concepción de la idea, búsqueda y revisión de literatura, confección de base de datos, redacción del original (primera versión), revisión y versión final del artículo, corrección del artículo, coordinador de la autoría, traducción de términos o información obtenida, revisión de la aplicación de la norma bibliográfica aplicada.

Haydee Elena Martínez Bencomo: Búsqueda y revisión de literatura, confección de base de datos, revisión y versión final del artículo, corrección del artículo, traducción de términos o información obtenida, revisión de la aplicación de la norma bibliográfica aplicada.

Moraima Pérez Barrera: Búsqueda y revisión de literatura, confección de base de datos, revisión y versión final del artículo, corrección del artículo, traducción de términos o información obtenida, revisión de la aplicación de la norma bibliográfica aplicada.

 


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