PODIUM. Revista de Ciencia y Tecnología en la Cultura Física, septiembre-diciembre 2021; 16(3): 959-963

 

 

 

La morena pinareña. Símbolo del voleibol cubano

 

The morena from Pinar del Rio. Symbol of Cuban volleyball

 

A morena pinareña. Símbolo do voleibol cubano

 

Tania Rosa García Hernández1* https://orcid.org/0000-0002-6333-3158

 

1Universidad de Pinar del Río" Hermanos Saiz Montes de Oca". Facultad de Cultura Física y Deporte "Nancy uramga Ramagoza". Pinar del Río, Cuba.

 

*Autor para la correspondencia: garciataniarosa@gmail.com

 

Recibido: 22/06/2021.
Aprobado:
23/07/2021.


Tradición e historia tiene el deporte de la malla alta en la isla, el inicio del Voleibol en Cuba es señalado por los historiadores a partir de 1906, aunque en estudios realizados por el Profesor Carlos Reig Romero (museólogo del Museo Nacional del Deporte), aparecen publicaciones donde el voleibol ya se practicaba desde 1905. Este es introducido por el señor Augusto York Brook, sargento del cuerpo de señales del ejército americano perteneciente a las tropas americanas para su ocupación en Cuba (2da. intervención), el que comienza a introducir este deporte entre los soldados como parte de la preparación física y recreación de estos en el Regimiento No.6, ubicado en el entonces Campamento de Columbia, municipio de Mariano, provincia Habana.

Las mujeres comenzaron a practicarlo por el año 1930 en el club deportivo Medina, municipio Marianao y el primer campeonato en Cuba, organizado por Rafael Usatorres, se inició el 1 de junio de 1938, en los terrenos de la galletería "Vitapán", con la participación de dos equipos. Con el triunfo revolucionario se produce la primera participación femenina oficial en los IX Juegos Centroamericanos y del Caribe, Jamaica 62 con la obtención del cuarto lugar. A partir de esta fecha se expandió la práctica femenina de esta disciplina por varios territorios del país, desarrollándose fundamentalmente en la Habana, distintos campeonatos escolares y de clubes; llegándose a celebrar algunos topes amistosos internacionales, (García, T y Barrera, L.M., 2017).

Como bien refiere Moreno, O. (2010), la provincia de Pinar del Río también tuvo su apertura en este deporte, aunque nadie ha podido señalar con certeza la fecha exacta en que fue llevado el voleibol a vuelta bajo.

La primera pinareña que integra el equipo nacional fue Zaida Valdés, natural de Guanajay que en la antigua distribución territorial pertenecía a Pinar del Río. No es hasta la década del 80 que prolifera el voleibol en la rama femenina en Pinar del Río, tanto los equipos escolares, juvenil y primera categoría se imponen y logran colocarse en los lugares cimeros del voleibol en Cuba, (García, T y Barrera, L.M., 2017).

El increíble ascenso al nivel mundial del voleibol femenino cubano resulta uno de los sucesos más extraordinarios de finales del siglo XX en Cuba. Denota un verdadero trabajo de preparación científico-metodológico y aplicación de una acertada estrategia que integró sabiamente las exigencias del contexto internacional con las particularidades propias; develando un importante factor de éxito no tratado a profundidad por donde se centró el desarrollo acelerado:

"La proyección de la altura". El proceso de formación y gestación de un estilo o filosofía de juego tuvo particularidades y exigencias bastante auténticas. El sistema de preparación deportiva promovió un perfeccionamiento gradual de una maestría deportiva espectacular, Núñez M. (2012).

Otro elemento importante para tantos lauros lo constituye la formación de valores morales que tiene una gran importancia para el desarrollo de la personalidad, para lograr que los atletas asuman una participación concreta dentro de la lucha que caracterizan en la etapa de construcción de una nueva sociedad, los que orientan su conducta y determinan consecuentemente sus actitudes, sus formas de actuar. Tiene una significación como fuerza motriz de la conducta, ya que brinda una orientación para la toma de decisiones personales e individuales, Meriño, Caballero y Rodríguez (2013).

Para Portela, Y. (2020), el deporte voleibol constituye un excelente campo de actuación para la promoción y desarrollo de valores sociales y personales de niños y jóvenes. Este deporte por sus diferentes dinámicas; ofrece la posibilidad de generar situaciones y condiciones de inclusión y educación, ya que los jugadores deben aprender a asumir compromisos, tomar decisiones no solo individual sino colectivamente, a comprometerse con sus pares, con el proceso, con el profesor, con las condiciones y situaciones de aprendizaje que reconocieran sus distintas oportunidades y lo que estas les ofrece, para así lograr una correcta educación dentro del proceso de transformación social.

El efecto de lo expuesto hasta aquí se puede encontrar en la influencia de Las Espectaculares Morenas del Caribe, que vivirán para siempre en los anales de la historia del voleibol y de los Juegos Olímpicos.

Chicas que ponen al voleibol de finales del siglo XX en Cuba es un suceso que ha marcado la identidad de la nación, al revelarse como uno de los acontecimientos más extraordinarios y singulares que han ocurrido en la historia nacional. Para la mujer cubana es una suerte de reivindicación que aquilata toda la extraordinaria obra de la revolución. Desde un sexto lugar en Kingston, Jamaica en unos Juegos Centroamericanos en 1962, hasta lograr la medalla de oro en tres Juegos Olímpicos: Barcelona `92, Atlanta `96, Sidney 2000. Contando con el entrenador del siglo y la voleibolista del siglo, junto a un equipo que reinó durante una década en todas las competencias internacionales programadas según refiere Núñez M. (2012), en entrevista realizada a Eugenio George director técnico de la selección del momento.

Como dijo Marlenis Costa:

"Ese equipo de Las Morenas del Caribe yo creo que debe estar en el corazón de todos a los que les gusta el voleibol, a los aficionados a este deporte, pero también en el mundo entero. Solo queremos que nos recuerden como Las Morenas del Caribe, como aquellas grandes campeonas que fuimos".

Son muchas las hermosas páginas escritas por las voleibolistas cubanas a lo largo de la historia, después de haber creado el Instituto Nacional de Deportes Educación Física y Deportes (Inder) en el año 1961, por lo que se hace necesarios acudir al recuento histórico para comprender la significación de una de las Morenas del Caribe con raíces pinareñas que tanto amor, solidaridad y entrega ha manifestado desde el ámbito deportivo, personal y profesional a su pueblo.

Marlenis Costa Blanco es una personalidad del deporte cubano, nacida el 30 de julio de 1973 en Consolación del Sur, Pinar del Río, pero su infancia transcurrió en el central Manuel Sanguily en la Palma, municipio de la misma provincia, donde comenzó todo su bregar para llegar al voleibol. Su obra en bruto comienza en las manos de sus tíos Javier y Jesús, participando en eventos municipales y provinciales, hasta que en el año 1983 ingresa a la Escuela de Iniciación Deportiva Escolar (Eide) Ormani Arenado en la capital Pinareña, cabe destacar que desde un principio solo fue cautivada por el voleibol, aunque le agradaba la práctica de otros.

Procedente de una familia de grandes deportistas, empezando por su abuelo, hasta terminar con tíos, primos y mis padres, a la edad de 11 años comienza su carrera deportiva en el deporte de alto rendimiento, participó en cinco juegos escolares, etapa de su carrera deportiva que no obtuve medalla alguna y recuerda con mucho amor la presencia de dos grandes entrenadores impulsores de su carrera, es el caso de Pablo Miranda y Tomás Fernández.

Fue promovida a la Escuela Superior de Perfeccionamiento Atlético (Espa) Nacional en el año 1988, entre sus principales resultados deportivos se encuentran tres veces campeona olímpica, tres veces campeona mundial, una juvenil y dos de mayores. Tres veces campeona de la copa del mundo, de los cuatros grandes, dos oros en el Grand Prix, además de tres bronces y tres platas. Dos títulos Panamericanos y una de plata, además de un oro Centroamericano. Es meritorio señalar que posee todos los títulos conferidos por la Federación Internacional de Voleibol.

Es impresionante conocer como entre sus principales satisfacciones se encuentra el primer y tercer oro olímpico, su deleite por el baile, así como su vocación por la cocina, placeres que disfruta en la compañía de sus tres hermosos hijos, nacidos y criados en cuna de amor y educación.

Cuando se refiere a sus entrenadores, alude de primeros a sus tíos Javier y Jesús, fueron los que la iniciaron en el voleibol, ya después los que dieron continuidad a su carrera y menciona a Pablo Miranda y Tomás Fernández.

En este mismo orden destaca el tránsito siendo aún juvenil, por las manos de la profesora Ana Ibis Díaz, a la que agradece siempre porque sin su confianza hacia no hubiera llegado a ser lo que fue, también atribuye méritos a los entrenadores Celestino (Tinito) y Eider George, hasta finalmente llegar a las manos de ese gran entrenador que fue Eugenio George. De igual forma, no pudo dejar de mencionar a los demás entrenadores que contribuyeron con su carrera deportiva (Luis Felipe Calderón, Antonio Perdomo, Jorge Garbey y Jorge Pérez Vento.

Recuerda con cariño los amigos que dejó cuando fue para la Habana, las compañeras de la Eide, de las cuales algunas después coincidieron en la ESPA Nacional y en la Selección Nacional y de su paso por el Equipo Nacional, mencionando a Regla Torres, Tania Ortiz, Ana Ibis Fernández, Mercedes Pomares, que, aunque no es de la generación cuenta con toda mi amistad y aprecio.

Presencia con mucho agrado y nostalgia, el paso por la liga italiana, de donde emanan muchísimos recuerdos de grandes jugadoras extranjeras, que a la postre se hicieron amigas como, Irina Kirillova, Hilma Caldeira, Silvia Rolls, Antonella Bragallia.

Con gran orgullo reconoce que Pinar del Río, es la tierra que la vio nacer, de la que nunca renegará, vive orgullosa de ser pinareña. Cuba, esas cuatro letras significan mucho para esta gloria del deporte, heroísmo, revolución, patriotismo, altruismo, el país que le ha dado todo para ser la profesional que hoy es y la gran deportista que fue y con ese mismo orgullo el pueblo de Pinar del Río la considera hija ilustre.

En resumen, es un ejemplo de las voleibolistas pinareñas y cubanas, provenientes de la clase humilde, formada desde las primeras generaciones educadas por la Revolución, ha puesto en alto el nombre de la provincia y del país, siendo portadora de valores que la forjan, modelo de voluntad que, pues mueve a actuar de manera intencionada, por encima de las dificultades, los contratiempos y el estado de ánimo. Paradigma de lealtad, fidelidad, franqueza, nobleza, honradez, sinceridad e integridad.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Blanco González, V. M. (2017). Isel, la estampa de una Morena del Caribe. Periódico Guerrillero. http://www.guerrillero.cu/deportes/1527-isel-la-estampa-de-una-morena-del-caribe.html

García Hernández, T.R, Barrera Pardo L.M. (2017). La mujer en el voleibol pinareño. Revista de Ciencia y Tecnología en la Cultura Física PODIUM ISSN: 19962452 RNPS: 2148 sept. diciembre. 2017 12(3): 283-286. http://podium.upr.edu.cu/index.php/podium/article/view/1128

Moreno Ríos, O. (2010). La historia del voleibol (1905-1959). La Habana: Deportes.

Núñez Rabre, M. (2012). Las Morenas del Caribe: los misterios de una hazaña. EFDeportes.com, Revista Digital. Buenos Aires, Año 16, (165), febrero de 2012. https://www.efdeportes.com/efd165/las-morenas-del-caribe-una-hazana.htm

 

Conflicto de intereses:
Los autores declaran no tener conflictos de intereses.

 

Contribución de los autores:
Tania Rosa García Hernández: Concepción de la idea, búsqueda y revisión de literatura, confección de base de datos, asesoramiento general por la temática abordada, redacción del original (primera versión), revisión y versión final del artículo, corrección del artículo, coordinador de la autoría, traducción de términos o información obtenida, revisión de la aplicación de la norma bibliográfica aplicada.

 


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