logoRevista PODIUM, septiembre-diciembre 2017; 12(3):283-286

La mujer en el voleibol pinareño

Woman in Pinar del Río Volleyball

 

Tania Rosa García Hernández,1 Luis Manuel Barrera Pardo2

1Profesora de Voleibol, Profesora Auxiliar. Máster en Ciencias. Universidad de Pinar del Río «Hermanos Saíz Montes de Oca», Facultad de Cultura Física «Nancy Uranga Romagoza». Centro de Estudios del Entrenamiento Deportivo en el Alto Rendimiento. Correo electrónico: taniar.garcia@upr.edu.cu
2Licenciado en Cultura Física. Universidad de Pinar del Río «Hermanos Saíz Montes de Oca». Correo electrónico: luism.barrera@upr.edu.cu

 

Recibido: 4 de diciembre de 2017.
Aprobado: 15 de diciembre de 2017.


 

El voleibol es un deporte colectivo caracterizado por la cooperación-oposición en la obtención de un nivel de rendimiento competitivo óptimo, el cual ha experimentado en las últimas décadas un continuo y acelerado desarrollo, sentado en la transformación de las reglas que le rigen. El inicio del Voleibol en Cuba es señalado por los historiadores a partir de 1906, aunque en estudios realizados por el Profesor Carlos Reig Romero (museólogo del Museo Nacional del Deporte), aparecen publicaciones donde el voleibol ya se practicaba desde 1905. Este es introducido por el señor Augusto York Brook, sargento del cuerpo de señales del ejército americano perteneciente a las tropas americanas para su ocupación en Cuba (2da. intervención), el que comienza a introducir este deporte entre los soldados como parte de la preparación física y recreación de estos en el Regimiento No.6, ubicado en el entonces Campamento de Columbia, municipio de Mariano, provincia Habana.

Las mujeres comenzaron a practicar el voleibol por el año 1930 en el club deportivo Medina, municipio Marianao y el primer campeonato en Cuba, organizado por Rafael Usatorres, se inició el 1 de junio de 1938, en los terrenos de la galletería «Vitapán», con la participación de dos equipos.

Con el triunfo revolucionario se produce la primera participación femenina oficial en los IX Juegos Centroamericanos y del Caribe, Jamaica 62 con la obtención del cuarto lugar. A partir de esta fecha se expandió la práctica femenina de esta disciplina por varios territorios del país, desarrollándose fundamentalmente en la Habana, distintos campeonatos escolares y de clubes; llegándose a celebrar algunos topes amistosos internacionales.

La provincia de Pinar del Río también tuvo su apertura en este deporte, aunque nadie ha podido señalar con certeza la fecha exacta en que fue llevado el voleibol a vuelta bajo, como bien refiere Moreno, O. (2010). Sólo se puede consignar partiendo de algunos documentos escritos, tomados fundamentalmente de la prensa local de la época pasada y de apreciables testimonios personales de viejos atletas participantes en la década del 20.

De lo que no pueden caber dudas, es que fue introducido por algunos estudiantes pinareños que desarrollaban sus estudios en la capital del país, siendo el doctor Guillermo Cuervo Barrera y el señor Manuel Herrera, primer profesor y auxiliar respectivamente de ejercicios calisténicos, los que lo impulsaron por varios meses. Luego fue relegado por el baloncesto y se señala su resurgimiento en los primeros años de la década del 40, inició así su lento pero seguro ascenso en escuelas, sociedades de instrucción y entidades comerciales.

El 5 de agosto de 1944 se inaugura, previa convocatoria al efecto, el primer Campeonato Oficial de Voleibol en la historia deportiva de Pinar del Rio. El primer partido de voleibol fue jugado en la Colonia Española, en la actualidad el Palacio de Computación y se jugó entre el equipo rojo y el azul. La primera pinareña que integra el equipo nacional fue Zaida Valdés, natural de Guanajay que en la antigua distribución territorial pertenecía a Pinar del Río.

Durante el período 1963-1979, el voleibol femenino en Pinar del Río no tuvo gran connotación, se jugaba en la tercera categoría. Era un equipo muy unido en el figuraban entre otras: Zaida, Mercedes, Sandra, Yiya, Eumelia, Zenaida, Ángela Teresa, Caridad y Sara Luisa, discípulas de Caridad Usatorres Neninger. En esta época, tanto por la cantidad de practicantes, como por los resultados en las principales competiciones del momento, se muestra un insipiente desarrollo de esta disciplina en la provincia, destacándose municipios como Bahía Honda, Guanajay y Consolación del Sur, que en ese momento eran líderes en la práctica del voleibol femenino pinareño.

No es hasta la década del 80 que prolifera el voleibol en la rama femenina en Pinar del Río, tanto los equipos escolares, juvenil y primera categoría se imponen y logran colocarse en los lugares cimeros del voleibol en Cuba. En la tabla 1, se recogen algunas de las jugadoras de la provincia que se destacaron en las décadas de los años 1970 y 1980.

tab1

En esta etapa de luces la provincia estuvo iluminada con la presencia de la estelar Marlenis Costa Acosta, tricampeona olímpica (Barcelona 1992- Atlanta 1996- Sidney 2000) formando parte del mítico equipo de voleibol femenino bautizado como «Las Morenas del Caribe».

En este período, la preselección de jugadoras del equipo nacional cubano acogió a figuras pinareñas que, aunque no tuvieron una actuación deslumbrante como las morenas, si prestigiaron al equipo y mantuvieron su disposición para asumir el rol que les correspondía como jugadoras suplentes. Hay que nombrar atletas de la talla de Ana Luisa García (Coty), Isel Saavedra, Magalys García, Maura Rodríguez, Alina Corvo, Ana Ivis Costa, Enia Martínez.

Por ejemplo, la sanluiseña Isel Saavedra León formó parte, a finales de la década de los `80 y primera mitad de los '90, de este equipo y aunque le fue esquiva la gloria olímpica, la atacante auxiliar vueltabajera formó parte de los sextetos que entre otros títulos se alzaron con la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de La Habana en 1991 y la Copa del Mundo de Osaka, ese propio año (Blanco González, 2017). Más adelante, en el Mundial de Japón 2010 Pinar del Río contó con la presencia, en el equipo nacional, de Rachel Sánchez como atacadora principal.

En la actualidad 2010-2017, el fervor femenino en el voleibol pinareño está centrado fundamentalmente en el equipo escolar, no solo por su resultado de primer lugar por tres años consecutivos, sino por las aportaciones al equipo de nivel superior, destacándose en estos últimos tiempos, atletas como: Angélica María Cabrera, Melisa Álvarez, Ana Merlín, Fabiana Friol, Irene Milián, esta última como figura más joven y de perspectiva por su talla.

En resumen, las voleibolistas pinareñas, provenientes de la clase humilde, formadas desde las primeras generaciones educadas por la Revolución, han puesto en alto el nombre de la provincia, siendo portadoras de valores que las forjan como ejemplo en la sociedad cubana actual, tales como: la modestia, el desinterés, la honradez, disciplina, responsabilidad y la sencillez de su persona, cuantías tan necesarias para la educación de las nuevas generaciones de atletas que están en proceso de formación.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Blanco González, V. M. (2017). Isel, la estampa de una Morena del Caribe. Periódico Guerrillero. Retrieved from
http://www.guerrillero.cu/deportes/1527-isel-la-estampa-de-una-morena-del-caribe.html

Moreno Ríos, O. (2010). La historia del voleibol (1905-1959). La Habana: Deportes.